Los pequeños negocios podrán beneficiarse este año de diversos incentivos en el Impuesto de Sociedades que les permitirán reducir significativamente su carga fiscal. Estos incentivos están dirigidos a empresas de reducida dimensión, es decir, aquellas cuya cifra de negocio en el ejercicio anterior no superó los 10 millones de euros.
Además de cumplir con el límite de facturación, para acceder a estos incentivos en el Impuesto de Sociedades, la empresa no puede tener naturaleza patrimonial. Esto significa que no debe dedicarse exclusivamente a gestionar activos como inmuebles o rentas financieras.
Principales incentivos en el Impuesto de Sociedades para 2025
1. Libertad de amortización por incremento de plantilla
Uno de los incentivos en el Impuesto de Sociedades más potentes permite amortizar libremente las inversiones en inmovilizado material o inmobiliario si la empresa ha aumentado su plantilla media durante el ejercicio. El límite máximo deducible se calcula multiplicando 120.000 euros por cada nuevo trabajador contratado.
Por ejemplo, una empresa que haya sumado dos empleados más a su plantilla podrá deducir hasta 240.000 euros en inversiones, siempre que cumpla los requisitos establecidos por ley.
2. Amortización acelerada de intangibles
Cuando no se puede aplicar el incentivo anterior, existe otra opción relevante: la amortización acelerada de activos intangibles. Este incentivo permite a las empresas duplicar los coeficientes de amortización de elementos como software, patentes o marcas, lo que acelera la deducción del gasto y mejora la eficiencia fiscal.
3. Reserva de nivelación
Otro de los incentivos en el Impuesto de Sociedades permite a las empresas reducir su base imponible hasta un 10%, con un máximo de un millón de euros, y trasladar esa parte a ejercicios futuros. Esta estrategia puede resultar útil para planificar la tributación en función de posibles beneficios o pérdidas futuras, aunque debe analizarse cuidadosamente en cada caso.
¿Quién puede aplicar estos incentivos?
Todos estos incentivos en el Impuesto de Sociedades están diseñados específicamente para empresas de reducida dimensión. Para su aplicación, es esencial cumplir con condiciones adicionales, como mantener el incremento de plantilla durante al menos 24 meses o poner en funcionamiento los bienes amortizados en un plazo determinado.